¿Cuál es el sentido de la vida?
Cada persona tiene una respuesta diferente, como vivir, amar, tener hijos o sobrevivir. Nos preocupamos sobre el sentido de la vida, pero poco de cómo nos sentimos en nuestra vida, pocas veces tenemos tiempo para reflexionar si somos y estamos en el punto donde queremos. La locura del día a día no nos permite tomar conciencia sobre si nuestra vida tiene el sentido que queremos que tenga y si nos sentimos felices o si disfrutamos diariamente. Muchas veces dejamos para el fin de semana o para las vacaciones el ser felices y disfrutar y algunos que conozco esperan a la jubilación.
Para mí la vida tiene sentido si estoy bien y feliz. Sencillo, ¿verdad? Lo primero para estar bien es nuestro estado de salud tanto físico como mental y partiendo de una salud aceptable podemos ser felices.
¿Cómo ser feliz?
Cada persona tiene una respuesta diferente: viajar, ser premiado en la lotería, tener un hijo, enamorarse, comprar una casa, ascender en el trabajo o dejar ese trabajo que la oprime.
Para mí el secreto de la felicidad se encuentra en los detalles más pequeños, un buen café, un paseo al amanecer por la avenida marítima, un baño de espuma, jugar con mi perro, almorzar con amigos, una siesta en mi diván, el olor de una panadería artesanal…
Ya he pasado el ecuador de mi vida y quizás sea eso lo que me hace tomar consciencia de los pequeños detalles para darle sentido a mi vida y ser feliz. Ya no me encandilan los objetivos de felicidad que no dependen de mí. Intento en mi rutina diaria un placer funcional de lo que me rodea, pequeños detalles que me hacen disfrutar, un sonido, una luz, un olor, una comida, una mantita en el sofá… todos mis sentidos orientados a disfrutar gracias al Interiorismo Sensorial.